La Unión Europea siempre se ha considerado a sí misma como un baluarte de los Derechos Humanos. La dignidad de las personas, la libertad, la democracia, la igualdad y el Estado de Derecho son valores consagrados en sus Tratados.
La Carta de los Derechos Fundamentales de la UE es una declaración clara y firme de los derechos de los ciudadanos europeos. Este documento, en su artículo 19, que habla de la protección en caso de devolución, expulsión y extradición, afirma textualmente que “se prohíben las expulsiones colectivas” y que “nadie podrá devuelto, expulsado o extraditado a un Estado en el que corra un grave riesgo de ser sometido a la pena de muerte, a tortura o a otras penas o tratos inhumanos o degradantes”.
Es evidente que el acuerdo alcanzado recientemente con Turquía, un país al que hace solo unos meses Bruselas recriminaba que había sufrido un importante retroceso en el respeto hacia los derechos de las personas, vulnera flagrantemente este principio.
No hablamos solamente de dar un trato justo y humano a los cientos de miles de personas que pretenden alcanzar el viejo continente huyendo de la guerra y de la muerte que les aguarda en sus países. Hablamos de un acto cínico y vergonzante que degrada y niega nuestros propios valores y sobre todo nuestros propios derechos como ciudadanos de la Unión Europea.
La Gran Logia Simbólica Española, como potencia masónica firmemente comprometida con los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad, rechaza y condena este acuerdo contrario a nuestros principios y a la dignidad humana, y exige a los Estados miembros de la Unión que estén a la altura que exige este momento y lo afronten que la generosidad y la amplitud de miras que hizo posible el nacimiento de la Europa unida que hoy estamos poniendo en peligro.
Nieves Bayo, Gran Maestre.